Carlos Sainz (padre) con Mini buggy en el Dakar 2019 a disputarse en Perú.

Para el Dakar de 2018, X-Raid decidió construir un nuevo coche para tomar la posta del conocido Mini 4×4 ya que los buggy parecían ofrecer ventajas competitivas No era por casualidad que Peugeot la había elegido para retornar a la prueba. 

Las ventajas de los buggies 4×2 son claras en algunos aspectos: un peso mínimo notablemente inferior, ruedas de mayor diámetro –940 mm en lugar de 810– que permite llantas de 17 pulgadas en lugar de 16 y por tanto en teoría frenos mayores. Un recorrido de suspensión de hasta 460 mm –en los 4×4 está limitado a 280 mm–. Y sobre todo la posibilidad de inflar y desinflar los neumáticos en marcha, aunque los pilotos prioritarios no pueden tener un compresor ligado a este sistema, algo vital en las dunas.

Para un equipo semiprivado, como es el caso de X-Raid, por más que se cuente con apoyo de fábrica y acceso a los departamentos técnicos y competición tanto de BMW –la casa madre– como Mini, el desafío es enorme. También el apoyo de los socios tecnológicos habituales: BMW Motorsport, Magna Steyr, Hageman, etc.

El estilo del coche debía tener aire de familia Mini y a la vez entroncar con las previstas evoluciones de diseño los Mini de producción. Este aspecto fue competencia de los diseñadores de Mini, pero siempre teniendo en cuenta las necesidades aerodinámicas. 

El coche estaba listo siete meses después de iniciarse los trabajos...y así un poco inmaduro participo en el 2018.  

Carlos Sainz afrontará la próxima edición del Dakar con Mini, sobre el buggy que ha preparado Sven Quandt y que incorpora notables mejoras respecto al de 2018. Lo veremos por primera vez con sus nuevos colores en el Rally de Marruecos.
Carlos Sainz volverá al Dakar para intentar conquistar su tercera victoria en la prueba. El madrileño, dos veces campeón del mundo de rallies y dos veces ganador del Dakar, afrontará la prueba con Mini. Recordemos que Sainz se impuso en 2010 con Volkswagen y en la edición de este año 2018 con Peugeot. De ganar, se convertiría en el primer piloto que ganar el Dakar con tres marcas diferentes. Será ésta su decimotercera participación en una carrera en la que ha sido fijo desde la edición de 2006. Conviene no olvidar que en 2009 el Dakar no se disputó debido a los conflictos armados en África y la prueba se traslado en 2010 a Sudamérica, su sede actual.

Cuando Peugeot anunció justo antes del Dakar 2018 que este año iba a ser el último para ellos, Sainz ya dijo que ello no implicaba necesariamente su retirada. Que reflexionaría si deseaba correr de nuevo la prueba y sobre todo si podía disponer de coche y equipo potencialmente ganadores. 

Obviamente las ofertas no tardaron en llegar por parte de los dos equipos oficiales que quedan en el Dakar: Toyota y Mini. 

Sainz se decidió por la opción de Mini tras efectuar antes del verano un test con la nueva versión del buggy, con modificaciones y notables mejoras con respecto a la variante usada en el Dakar 2018, y el resultado le convenció.

El madrileño también tenía una oferta de Toyota y llegó a probar los coches que la marca japonesa fabrica en Sudáfrica, pero finalmente se decantó por la oferta alemana.

Con respecto al Mini 4×4 se conserva el motor, pero la caja de cambios es X-Trac en lugar de Sadev. La aerodinámica mejorada y la superficie frontal reducida, pese a una mayor ancho de vías ya que los buggies pueden tener 2,2 m. de anchura máxima, permiten mejorar la velocidad punta en 6 kilómetros/hora y llegar a los 190.