Abarth 500e eléctrico: ¿más eficiente que la versión térmica?

Abarth 500e

Retomando las recetas del éxito del nuevo Fiat 500 eléctrico, pero añadiendo un toque de locura, el Abarth 500e pretende escribir una nueva página en la historia de la firma del escorpión.

Cambió su rugiente motor de 4 cilindros por un motor eléctrico, que no emite CO2 y, según Abarth, sigue siendo un verdadero Abarth. Además, para aquellos que no pueden disociar un Abarth del embriagador sonido ronco que le es propio, el fabricante anunciando que el generador de sonido de la marca debería reproducir con bastante fidelidad la música del motor de combustión.

Abarth 500e

Técnicamente, la plataforma se deriva de la del nuevo Fiat 500, salvo que el motor eléctrico aquí desarrolla 155 caballos (frente a 118 CV), pero que curiosamente va asociado a una batería de la misma capacidad (42 kW brutos) garantizando, según Abarth, una autonomía teórica de 320 km según los estándares WLTP.

Abarth 500e

Si entramos en el juego de las comparaciones con el comparable Abarth 695 versión térmica, pero con 180 CV, la ventaja es a favor de la versión de gasolina, que acelera de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos, frente a los 7 s del eléctrico. Abarth. Por otro lado, el motor eléctrico es más rápido en tiempos, donde el generoso par (235 Nm) disponible de inmediato, permite mejores adelantamientos según el fabricante italiano. Tres modos de conducción también están en el programa: Turismo (potencia limitada a 136 CV) para mejorar la autonomía, Scorpion Street (recuperación de energía al accionar el freno eléctrico cada vez que se suelta el pedal del acelerador) y Scorpion Track (búsqueda del máximo rendimiento).

Abarth 500e

En comparación con un nuevo Fiat 500 bastante burgués, el Abarth 500e se beneficia de un ligero aumento en la distancia entre ejes y la trocha, y debería beneficiarse de una mejor distribución del peso entre los ejes delantero y trasero.

Finalmente, el estilo exterior evoluciona ligeramente con diferentes paragolpes delanteros y faldones laterales deportivos, pero también un difusor trasero gris, llantas específicas y las inevitables pegatinas Abarth.