A muchos usuarios de automóviles eléctricos, la aceleración de su vehículo los desconcierta al principio.
Hay un 50% más de colisiones con coches eléctricos que con térmicos según un estudio de la aseguradora Axa sobre 1.200 personas en Suiza. La siniestralidad no está ligada a una avería, sino a los conductores. No siempre son muy conscientes de las diferencias de conducción entre un eléctrico y un térmico. La disponibilidad inmediata de par y potencia puede sorprenderlos. Algunos se adaptan pero otros no a manejarse con aceleraciones fulgurantes (tipo 0 a 100 km/h en 5 seg).
Esto es cierto en la práctica, ya que la mayoría de los accidentes no ocurren durante el frenado o la maniobra, sino durante la aceleración. Además, los conductores de potentes coches eléctricos provocan el doble de accidentes que los demás. Por lo tanto, es fundamental que tomen conciencia de la tecnología que tienen bajo sus pies.
Otro punto al que es necesario acostumbrarse es a los sistemas de frenado regenerativo que dan una respuesta en dos tiempos (primero regenera y luego de ser necesario se activa el freno convencional). El ePedal también tiene su tiempo de entrenamiento y pasar a usar ese sistema no estando habituado (ejemplo alquiler de un EV) también es parte del riesgo.
En cuanto al riesgo de incendio, los datos de Axa muestran que los eléctricos no son más inflamables que los coches con motor de combustión interna pese a la fama que se han ganado.
Las cifras adelantadas por Axa todavía carecen de precisión. ¿Fueron estos 50% más accidentes causados por poderosos sedanes eléctricos o pequeños autos urbanos? ¿Qué tipo de automóvil conducían los 1.250 clientes? Porque si comparamos los números de accidentes de un Tesla Model S Performance con los de un Diésel tranquilo, podemos entender que existen fuertes disparidades… pero es un llamado de atención que no se puede desdeñar.
Héctor Daniel Oudkerk
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