Mazda MX-30 R-EV

Desde hace más de diez años, la vuelta del Wankel da vueltas está en la cabeza de Mazda, porque tratándose de un motor tan icónico y original que es difícil dejarlo en el olvido. Los entusiastas lo recuerdan principalmente en sus variantes más populares: desde el doble rotor sobrealimentado del RX-7 de los años 1990, pasando por el prototipo de cuatro rotores del prototipo 787B victorioso en las 24 Horas de Le Mans de 1991. Ahora, con mucho más humildemente, revive como un generador para un motor eléctrico, una historia tal vez un poco menos romántica, pero que de alguna manera tiene su propia razón de ser.

Mazda MX-30 R-EV

Mazda MX-30 R-EV

Mazda MX-30 R-EV

Hace tres años nació el MX-30, un vistoso SUV de tamaño medio con las puertas traseras de barlovento, homenaje al RX-8, y que además era el primer Mazda de producción totalmente eléctrico.

Todo bien salvo que debido a una elección filosófica del fabricante de Hiroshima, la batería tiene sólo 35 kWh (para tener menos peso y costo) y por lo tanto no puede recorrer más de 200 km reales, demasiado poco para apaciguar al la ansiedad de sus usuarios y que decididamente lo anula para pensar en viajar fuera de las ciudades.

Para solucionar eso llega el MX-30 R-EV,  híbrido enchufable con motor Wankel como extensor de rango. La experiencia de conducción es sustancialmente similar a la que ofrece su hermano totalmente eléctrico, con la diferencia de que la autonomía, gracias al rotativo que actúa como generadora de energía, ahora alcanza los 680 km.

Se trata de una tecnología similar al e-Power de Nissan, con el motor eléctrico proporcionando empuje a las ruedas, siempre y sólo, y el térmico recargando la batería. La gran diferencia, sin embargo, radica en que el Mazda tiene una batería mucho mayor, 17,8 kWh, y que es recargable, tanto en corriente alterna (11 kW) como en corriente continua (36 kW). Esto, en la práctica, se traduce en un coche de propulsión eléctrica que presume de una autonomía de 85 km en EV (110 en ciudad) y, una vez agotada la carga, es posible recurrir a los 50 litros de depósito que alimentan el Wankel para tener una autonomía comparable a la de una térmica.

Mazda MX-30 R-EV

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Mazda MX-30 R-EV

Pero ¿cuánto se consume al final? Los japoneses declaran una asombrosa media de 1 litro cada 100 km, lo que equivale a sólo 21 g/km de emisiones de CO2, lo que supone un valor excelente para beneficiarse de incentivos y acceso a zonas de tráfico restringido. Bueno, durante los primeros 80-90 kilómetros del viaje, es verdad si uno sale con la batería cargada de su casa… 1 l/100 km; el rotativo casi nunca aparece, excepto raras veces cuando se requería el máximo rendimiento.

Mazda MX-30 R-EV

Sin embargo, pasados esos 80 km cuando el acumulador casi a cero, en ese momento la electrónica de gestión pasa automáticamente al modo Normal (que pone en funcionamiento el rotativo para que el estado de carga se mantenga siempre en torno al 45%) y, teniendo que trabajar frecuentemente para regenerar energía, el consumo ascendió a no menos de 7 litros cada 100 kilómetros.

En pocas palabras, aquí también se aplica la misma regla sacrosanta de todos los complementos: para beneficiarse de ellos es necesario recargar. Pero lo bueno de este Mazda es que la autonomía del vehículo eléctrico es muy larga (entre 80 y 90 km, de hecho), por lo que es ampliamente suficiente para los viajes diarios.

El funcionamiento del Wankel  es siempre bastante discreto: se nota que funciona a través del testigo específico situado en el tablero y de un zumbido de fondo que nunca resulta excesivamente molesto. El rotor de 830 cm3 y 75 caballos (más eficiente en cuanto a consumo de aceite y gasolina, tiene inyección directa) funciona siempre en un rango entre 2.000 y 4.500 rpm, por lo que sólo durante la aceleración total se empieza a percibir con mayor claridad (por suerte en este caso nunca funciona en ralentí en donde el Wankel es tan irregular como un 2 tiempos).

En todo caso, los 170 caballos y 260 Nm del motor de tracción eléctrico ofrecen un rendimiento más que decente (0-100 en 9,1 segundos), sin embargo, la velocidad máxima está limitada a 140 km/h. limitante, que entre otras cosas baja a 130 si el estado de carga es bajo y el rotativo tiene que trabajar para generar energía. En la autopista hay poco margen para adelantar rápidamente.

Pero conserva todas las buenas cualidades del MX-30 a nivel dinámico: es cómodo, incluso con una configuración no especialmente exigente, y satisface la precisión y progresión de la dirección. Una curiosidad al respecto: el R-EV pesa decenas de kilos más que el BEV, porque frente a una batería más pequeña y ligera (188 kg frente a 310), vale la pena añadir el motor térmico, el generador y el tanque de gasolina.

Mazda MX-30 R-EV

Mazda MX-30 R-EV

Mazda MX-30 R-EV

Mazda MX-30 R-EV

Mazda MX-30 R-EV

No hay diferencia en cuanto a precio: el MX-30 R-EV ofrece el mismo precio que el eléctrico, con una gama que llega con cinco niveles de equipamiento que van desde los 38.520 a los 44.270 euros.

Héctor Daniel Oudkerk

fuentes :https://www.quattroruote.it/,