El Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, promulgó una ley que contempla 52.700 millones de dólares en subvenciones para potenciar la investigación y fabricación de semiconductores en Estados Unidos.
Hoy en día China y Taiwán, acaparan el 87% del mercado mundial de microchips, y esto ha llevado a la crisis de suministros actual ya que la producción no alcanza para cubrir la demanda global.
Estados Unidos quiere poner fin a la crisis de los semiconductores a través del proteccionismo, con la denominada ley Chips. Fue aprobada hace unos días por «The President» Joe Biden con el objetivo de reducir la dependencia de China mediante el impulso de la producción local.
La ley Chips supone un enorme impulso para la industria local porque incluye 52.700 millones de dólares en subvenciones destinadas a la investigación en el campo de los semiconductores, no solo para la industria del automóvil, sino también para su aplicación en otros sectores como el de los electrodomésticos, los videojuegos y tal vez el más importante el de las armas.
Además la Administración de Estados Unidos repartirá bonificaciones fiscales para las fábricas de semiconductores. El gobierno contribuirá asumiendo alrededor de un 25% de la inversión.
Para estudiar cada caso y asignar los fondos se encargarán un consejo formado por 16 miembros del que formarán parte altos cargos del gobierno estadounidense, como los secretarios de Defensa, Comercio, Hacienda, Trabajo y Energía. Lo que no se ha desvelado es cuándo comenzarán a repartirse los 52.700 millones de dólares.
Con la nueva ley, Estados Unidos pretende volver a ser un país atractivo para las empresas, “robar” parte de la producción a China y, sobre todo, prepararse de cara al futuro. Se necesitan entre 18 y 24 meses para abrir una planta de semiconductores desde cero y a ese tiempo hay que sumar las semanas necesarias para ajustar la producción.
Héctor Daniel Oudkerk
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