24 horas después de la visita de Joe Biden a los trabajadores de los Tres Grandes (Ford, GM y Stellantis), en huelga durante días, Donald Trump irrumpe en una empresa autopartista de Detroit, no vinculada a los sindicatos, para decir lo que había que decir de los autos a batería.

Es el segundo episodio político del «mundo del automóvil yanqui«. Y, como de costumbre, The ex President Donald Trump no se anduvo con rodeos: «Sus enemigos son los autos eléctricos«, declaró el magnate que la tiene muy clara.

A los trabajadores metalúrgicos, el ex presidente estadounidense también dijo que no es importante si la huelga conducirá a un acuerdo favorable en las negociaciones con Ford, General Motors y Stellantis: «Dentro de dos años», dijo Trump, «Ustedes perderán su trabajo de todos modos».

En definitiva, un ataque indirecto a Biden, su principal rival en las elecciones presidenciales de 2024, y su idea de favorecer la conversión a coches actuales a eléctricos con muchas partes (baterías) importads de China. Pero eso no es todo.

El expresidente estadounidense agregó que la política de Biden «terminará favoreciendo a China» y «matará miles de empleos». En resumen, el campo de batalla electoral es ahora el de la industria automotriz, el fuerte sindicato estadounidense UAW y las marcas más grandes de Estados Unidos.

Trump le hizo saber a la audiencia no sindicalizada cuál sería su receta: «producción estadounidense, hecha con manos expertas estadounidenses y con suministros estadounidenses«. Los trabajadores respondieron obviamente con coros de apoyo y la apariencia, al menos en ese contexto, se puede decir que la presencia de Trump fue exitosa y se los metió en el bolsillo.

Héctor Daniel Oudkerk