Hace años que no sabemos nada de NanoFlowcell, pero la empresa se está haciendo oír de nuevo. Estableció una sucursal americana y muestra un nuevo modelo de estudio: el Quantino 25 Concept.
En 2014 escuchamos por primera vez sobre la empresa, entonces todavía con sede en Liechtenstein, de propiedad del empresario Nunzio La Vecchia. NanoFlowcell, ahora con sede en Suiza, ha mostrado varias versiones del Quant a lo largo de los años y ahora presentó el Quantino más pequeño, con las llamadas «baterías de flujo» de la compañía.
A partir de ahora, NanoFlowcell también tendrá su sede en Nueva York y no sin razón. NanoFlowcell quiere fabricar automóviles y ‘su combustible’ para sus vehículos eléctricos en los Estados Unidos.
El Quantino 25 Concept, es un automóvil abierto 2+2 con un techo desmontable. Tiene cuatro motores eléctricos, cada uno de los cuales produce alrededor de 80 caballos de fuerza. En 2,5 segundos, el particular auto acelera a 100 km/h. Su autonomía es de 2.000 kilómetros … si 2000 km!!!!.
Al menos, eso es lo que afirma NanoFlowcell. Según la compañía, esto es posible gracias a las ‘baterías de flujo’ . El electrolito líquido cargado positiva y negativamente fluye desde un tanque externo a una celda de combustible.
¿Cuándo se fabricarán y saldrán a la carretera los coches de NanoFlowcell? Eso permanece envuelto en misterio por un tiempo. Ver primero, luego creer.
¿QUÉ ES Y CÓMO FUNCIONA UNA BATERÍA DE FLUJO?
Ideado en la década de los 70 como parte de un proyecto de la NASA, las baterías de flujo se asemejan a las pilas de combustible que funcionan con hidrógeno. Pero en su caso, en lugar de hidrógeno y oxígeno, aquí lo que reaccionan son dos soluciones electrolíticas salinas denominadas Bi-Ion, cada una almacenada en su propio depósito.
Los electrolitos disueltos en esta solución líquida se hacen circular mediante una bomba –de ahí el nombre de ‘flujo’– hasta la celda electroquímica o ‘pila’, donde ambas soluciones quedan separadas por una membrana. Entonces, la solución líquida del ánodo se divide en iones cargados positivamente que cruzan la membrana y electrones, en un proceso denominado oxidación. Estos electrones son aprovechados para generar la corriente que acciona el motor eléctrico. Finalmente, éstos llegan al otro lado de la pila, donde reaccionan con la solución líquida del cátodo en un proceso denominado reducción.
Una de sus características principales es que éste es un procedimiento reversible. Es decir, igual que de esta manera se puede extraer energía en forma de corriente eléctrica, también se pueden recargar al invertir el proceso de reacción. En cualquier caso, lo que las hace verdaderamente interesantes para el sector del transporte es que los tanques se pueden rellenar al igual que se reposta en una estación de servicio convencional.
Héctor Daniel Oudkerk
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